Las autoridades brasileñas han intensificado en los últimos meses los operativos contra el trabajo esclavo, logrando rescatar a más de 3.000 personas en todo el país.
Según el Ministerio de Trabajo de Brasil, muchas de las víctimas eran captadas con falsas promesas de empleo digno y luego explotadas en actividades como agricultura, construcción o tareas domésticas. En varios casos, los trabajadores eran sometidos a largas jornadas, condiciones insalubres y restricción de su libertad.
La legislación brasileña establece penas de hasta ocho años de prisión para quienes practiquen este tipo de explotación. Mientras tanto, el gobierno uruguayo ha manifestado su preocupación y está colaborando con las autoridades brasileñas para brindar asistencia a los afectados y prevenir nuevos casos.
Este episodio resalta la importancia de reforzar la cooperación regional y los mecanismos de protección laboral para erradicar completamente cualquier forma de esclavitud moderna.
Félix Eduardo Cañizalez