Estados Unidos incautó recientemente un buque petrolero vinculado al transporte de crudo venezolano con conexiones a Irán, en el marco de la aplicación de sanciones internacionales.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos sostuvo que el buque formaba parte de un esquema ilegal de exportación de crudo que violaba las sanciones impuestas a Venezuela e Irán. La incautación se concretó pocos días antes de que venciera la autorización judicial para ejecutar el operativo.
En paralelo, Irán anunció la detención de un petrolero en el Golfo de Omán, al que acusó de transportar combustible de contrabando. Las autoridades iraníes aclararon que el barco no era de bandera estadounidense y que su tripulación estaba compuesta por ciudadanos de distintos países asiáticos.
Aunque ambos episodios ocurrieron con pocos días de diferencia, no se trata de una captura recíproca entre Estados Unidos e Irán. Sin embargo, los hechos vuelven a poner en evidencia la tensión geopolítica en torno al comercio de petróleo, las sanciones internacionales y la seguridad marítima en zonas estratégicas.
Analistas internacionales advierten que este tipo de acciones puede generar nuevos roces diplomáticos y afectar el transporte de energía a nivel global, en un contexto ya marcado por conflictos regionales y disputas comerciales.
Félix Eduardo Cañizalez

