Sebastián Marset, uno de los narcotraficantes más buscados de América Latina, no solo acapara titulares por sus vínculos con el crimen organizado.
En redes sociales, especialmente en TikTok e Instagram, se ha convertido en un inesperado “sex symbol” para cientos de usuarias que comentan sobre su físico, su mirada intensa y su actitud desafiante.
Videos editados con música sensual, frases de admiración e incluso memes que lo elevan a una figura de deseo han inundado plataformas digitales. Lo que para muchos es una estrategia para banalizar el crimen, para otros es simplemente una muestra más del fenómeno de atracción por figuras peligrosas y poderosas.
Expertos advierten sobre los riesgos de romantizar a personajes como Marset, cuyo historial incluye violencia, corrupción y una red criminal que ha afectado a varios países. Aun así, su imagen parece moverse con soltura entre la condena judicial y el culto mediático.
Mientras Interpol sigue tras sus pasos, Marset suma algo más a su prontuario: una extraña fama de galán del crimen.
Félix Eduardo Cañizalez